Violencia en Cuba, sin armas de fuego

La Lima, convertida en un arma muy letal para los isleños.

Por Aarón Isaac/ HABLEMOS PRESS.

GUANTÁNAMO.- La juventud cubana y principalmente la guantanamera, viven en un nivel de violencia nunca antes visto, provocado por el excesivo consumo de alcohol y droga (marihuana y psicofármacos).

Esto de conjunto con la mala alimentación, le provocan un comportamiento muy violento, cada fin de semana, tanto en espacios públicos como en reservados.

Los hechos sangrientos van en aumento en Guantánamo, no utilizan armas de fuegos, sino cuchillos, botellas, cuchillas de afeitar y un instrumento de trabajo, “La Lima”, que se utiliza para dar filo tanto a cuchillos como a machetes.

Este se ha puesto de modas, le dan filo por ambos bordes y le hacen punta, muchos le hacen agujeros en la hoja como a una bayoneta de uso militar o para la pesca, convirtiéndolo en un arma muy letal.

Por lo general donde hay un grupo de jóvenes, dentro de ellos también hembras, uno de ellos le sirve a los demás de transportador, suelen ser las hembras.

Las riñas pueden ser entre ellos o contra cualquiera, lo que les interesa es herir, cortar y muchas veces hasta matar al contrario, solo por diversión, pero demostrar hombría. Esto lo saben tanto la Policía Nacional como los demás cuerpos represivos del gobierno y no le ponen coto.

Muchas familias han perdido algún joven, víctimas de las letales Limas, las sanciones que le imponen a alguien que porte algún arma blanca no exceden a los 2 años de privación de libertad y sí no ha incurrido en el mismo delito antes, solo es una multa.

Dentro de los centros educacionales también van armados (tanto en secundaria como en preuniversitario), en estado de embriaguez o dopados por el uso de psicofármacos como el nitrazepan, la carbamacepina, benadrilina, Diazepan y otros que solo son de uso en hospitales psiquiátricos.

Según las leyes internacionales, a ningún menor de edad se le puede vender bebidas alcohólicas, ni cigarros y mucho menos acudir a centros o clubes nocturnos, para esto deben tener 18 años de edad o más, y esto se viola en Cuba.

Se ha convertido en algo normal, niños de 13, 16, 17 años de edad hasta altas horas de la noche y la madrugada en la calle. En las esquinas tomando bebidas o fumando marihuana, sin que les importe a organismos ni al Estado.

Debido al consumo de pastillas, se suicidaron, lanzándose de edificaciones y puentes más de dos docenas de jóvenes en esta provincia durante el 2017.

El Estado cubano está tan preocupado con lo que pasa fuera de sus fronteras que no ven lo que está ocurriendo dentro. Los jóvenes del futuro de la nación se pierden entre drogas y alcohol.

 

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