Arte cubano del siglo XX en el Coral Gables Museum

Las exposiciones de arte cubano son algo habitual en el circuito artístico de la ciudad de Miami. Las muestras se han multiplicado vertiginosamente en los últimos tres años, coincidiendo con la “normalización” de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos en el 2014.

Sin ir más lejos, durante la pasada feria de Art Basel Miami Beach 2016, coincidieron más de seis importantes exposiciones, entre colectivas y personales, dentro del tejido institucional del arte de la ciudad. Destacaban, entre otras las exhibidas en el MOCA, en el MDC Museum of Art and Design, en el Lowe Art Museum y el CCEMiami, en el Instituto Cultural de México y el Frost Museum. Cierto es también que todas estas muestras se caracterizaban por estar enfocadas hacia el arte contemporáneo cubano. Incluso buena parte de ellas abordaban las producciones más actuales de las nuevas generaciones de artistas que residen tanto dentro como fuera de la isla.

En este escenario la novedad de una muestra como Cuban Art in the 20th Century: Cultural Identity and the International Avant Garde, reside en una selección de obras que historiográficamente arranca desde finales del siglo XIX y repasa el siglo XX. Por lo que hay un énfasis importante en el arte moderno. La muestra, que ahora se exhibe en el Coral Gables Museum, fue presentada por primera vez en febrero del 2016 en el Museo de Bellas Artes de la Universidad Estatal de Florida, Tallahassee. La misma contempla más de 100 obras y está curada por el doctor en historia del arte y coleccionista Segundo Fernández. Contando además con el apoyo de Peter Weishar, Decano de la Facultad de Bellas Artes de la FSU; Allys Palladino-Craig, Director del Museo de Bellas Artes; Juan Martínez, Profesor Emérito de FIU y Ramón Cernuda, coleccionista de arte y director de Cernuda Art.

Por el número de obras, variedad estilística y épocas abarcadas es una de las exposiciones sobre arte cubano más completa de las exhibidas hasta ahora en Estados Unidos. La misma arranca con el ocaso del periodo colonial, mediado y finales del siglo XIX, sigue con el advenimiento de la República en los albores del siglo XX, para luego repasar el siglo XX hasta la etapa revolucionaria. Una periodización del arte cubano que, en esta exposición, está articulada en siete partes. La primera titulada The Colonial Period, la segunda The Early Republic, a la que luego siguen: The First Generation, The Second Generation y The Third Generation. Para cerrar con Later Modern y Contemporary.

En el espacio colonial y el de los primeros años de la república están artistas como, por ejemplo, Armando García Menocal y Leopoldo Romañach. La subdivisión de tres generaciones –que es el bloque historiográfico más importante de la exposición– esboza tres puntos de inflexión en el mapa poético y discursivo de la historia de la pintura cubana. Tres puntos de inflexión que Juan Martínez, en el catálogo de la muestra, señala a través de tres generaciones. La primera es aquella que cobra rostro a finales de los años 1920 y principio de los 1930, encarnado por pintores como Eduardo Abela, Carlos Enrique, Víctor Manuel García, Amelia Peláez y Fidelio Ponce. Una segunda generación que emerge a finales de los años 1930 y principio de los 1940 integrada por artista como René Portocarrero, Cundo Bermúdez, y Wilfredo Lam. Tras ellos la generación de los años 1950 aglutinando artistas como, por ejemplo, Hugo Consuegra y José Mijares. En la alta modernidad destaca la obra de Servando Cabrera. Y en el periodo contemporáneo (revolucionario) pueden apreciarse obras de Tomás Sánchez, Carlos Alfonso, o Roberto Favelo, entre otras.

“Cuban Art in the 20th Century…” nos lleva en una especie de “Tour” que engloba más de 150 años de historia de pintura cubana. Arrancando con el canto romántico, de aliento colonial, a la belleza paisajística y al rostro humano en obras cuyas temáticas y estética realista salpica también los primeros años de instauración de la República (1902). Aquí atraen el colorido de obras como Woman with a Bale of Wheat (1880) y Muchacha (1930) de Romañach. De ahí a la actitud rupturista de la primera vanguardia en obras como, entre otras, Gitana (1940) de Carlos Enrique. En él y en Víctor Manuel la pincelada fauvista baten un comentario social y cultural que apunta a la reivindicación de valores nacionales.

Los nuevos aires de una modernidad ya asumida se perciben en las obras surrealista de Lam, o en las abstracciones de Consuegra y Mijares. Una pintura que habla de los excesos, y de los déficit, que comporta el desarrollo del proyecto de modernidad. Llegado al apartado de Contemporáneo, el “Tour” pierde intensidad. Entre otras cosas, porque los últimos 40 años del siglo XX, dentro del cual está la etapa revolucionaria, carece de periodización alguna. Es, dentro del formato historicista de la muestra, una presencia más exigua, con menos registros discursivos.

Entre los años 1920 y 1950, la exposición nombra y distingue a tres generaciones, sin embargo entre los años 1960 y el 2000, faltan las perspectivas poéticas, discursivas e históricas que alcanzan el desarrollo de las artes visuales en la etapa revolucionaria. Es un déficit que no está presente en una exposición como ¡Cuba! Arte e Historia desde 1868 hasta el Presente (2008), en el Museo de Bellas Artes de Montreal, Canadá. Esta exposición, en la que parece haberse inspirado Cuban Art in the 20th Century… estaba estructurada en cinco secciones: Representando a Cuba: Buscando formas de expresar una nación (1868-1927); Arte Nuevo: La vanguardia y la re-creación de la identidad (1927-1938); Cubanidad: Afirmando un estilo cubano (1938-1959); Con la Revolución, todo, Contra la Revolución, nada (1959-1979) y La Revolución y yo: El individuo dentro de la historia (1980-2007). Es con sus más de 400 obras, incluyendo fotografía y cine, la exposición más ambiciosa sobre la historia de las artes visuales cubanas

Más allá de este episodio Cuban Art in the 20th Century… desvela a través de un formidable cuerpo de obras, el modo en que se ha comportado el itinerario estético de la pintura cubana hasta el siglo XX. Es una excelente oportunidad para acercarnos y comprender las (in)variantes poéticas y discursivas presentes en la historia de Cuba, donde hay un énfasis importante con obras representativas en el arte de los primeros cincuenta años de siglo XX.

Leer en El Nuevo Herald

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