Arrestado líder opositor que intentó denunciar a oficial de Seguridad del Estado

Jorge Cervantes García se mudó hace un año desde Santiago de Cuba a Las Tunas con su mujer y un niño pequeño. Allí procuró levantar una célula de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), de la que es miembro de su Dirección Nacional, pero solo recibió detenciones, registros domiciliarios y ahora espera ser procesado por ‘desacato”.

Este miércoles 31 de mayo Cervantes, de 48 años de edad, no pudo recibir la visita de su esposa, Gretchen Alfonso Torres en la prisión Potosí, Las Tunas, porque se lo negaron los militares.

Cervantes está acusado de un supuesto desacato y sería la tercera condena por motivos políticos. La última había sido en 2011, ante lo que inició una huelga de hambre que se prolongó por casi un mes.

“Ya lleva ocho días en Potosí, los lleva plantado: no toma agua, no se viste (con uniforme de preso) porque me vira la ropa para atrás. He ido para verlo, pero no me dejan, hoy fui y me dijeron que no, que él no se quería poner la ropa de preso”, afirmó la señora Alfonso Torres en entrevista con el programa Contacto Cuba, de Radio Martí.

​Sin embargo, acostumbrada a los malos manejos de información y a las negativas a cumplir incluso con las reglas que rigen en Cuba el trato a los detenidos y sancionados, la esposa de Cervantes García, ve esa decisión con suspicacia.

​“Creo que es una maniobra de ellos”, y explica que mientras estuvo allí el mayor “Polanco” llamó a otro oficial y luego de la conversación vino la negativa.

Según la mujer, Cervantes García había sido detenido en 14 ocasiones en el mes de mayo. Una de ellas, el día 13, luego que se presentara ante las oficinas del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba para acusar al teniente coronel Reinaldo Jiménez (2do jefe de la Seguridad del Estado en Las Tunas).

Según relató su esposa, el oficial les amenaza con que no pueden reunirse o hacer actividades, ni siquiera un cumpleaños. «Entonces él fue a denunciarlo y allí lo detuvieron arbitrariamente”, dijo Gretchen y agregó que desde ese día ha sido movido de calabozo en calabozo.

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“Lo sueltan el 16, lo vuelven a detener el 17 de mayo que estaba celebrando mi cumpleaños, y lo sueltan el 23; ese día habíamos ido otra vez a denunciar a Jiménez y parece que en represalia contra él lo mandan a detener y ya lleva ocho días en Potosí”, señaló la esposa de Cervantes.

En mayo de 2011. Cervantes comenzó una huelga de hambre que duró unos 28 días, debido a que la Seguridad del Estado revocó su causa anterior y lo devolvió a prisión.

Ante la inminencia de la muerte, las autoridades lo pusieron en libertad y le ofrecieron salir del país, como su hermano Agustín Cervantes, pero ante la imposibilidad de hacerlo con sus hijos y otros familiares, declinó partir al destierro.

Descabezar el foco opositor

Con el nuevo encarcelamiento de Cervantes el régimen castrista intenta ahogar a una de las organizaciones disidentes más activas en el país.

José Daniel Ferrer, dirigente de UNPACU y ex prisionero de la conocida Primavera Negra de 2003 está seguro de que se trata de una barrida de Raúl Castro contra su grupo.

“El régimen decidió que había que encarcelar al mayor número de coordinadores y activistas efectivos y nos hemos mantenido durante los últimos doce meses con más de cincuenta presos políticos”, agrega Ferrer.

Cervantes, apunta Ferrer, provenía de Movimiento Cristiano Liberación –como él mismo-, y es de alto interés para la policía política. “Es un activista muy valiente, enérgico y con una gran capacidad para comunicarse con la comunidad; y al estar solo prácticamente en Las Tunas tratando de levantar allí, la tiranía ha decidido que aquello hay que frenarlo”.

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Después de la huelga de hambre de 2011, Cervantes llenó su casa de carteles contra el régimen cubano y recibió la furia de las turbas de Respuesta Rápida, pero devolvía los improperios sin ofensas, rememora Ferrer García.

“Sufrió durante todo un mes asaltos continuos como nunca se había visto, con piedras y excrementos. Le fueron desbaratando la vivienda en Contramaestre a mandarria, con camiones le arrancaron las verjas, y al mes, recibía las piedras, como él decía, del terror comunista, con palabras de amor”, concluyó Ferrer.

En la actualidad UNPACU tiene unos 55 presos por motivos políticos, entre ellos varias mujeres, en prisiones de Santiago de Cuba, Las Tunas, Camagüey y La Habana.

De los encarcelados bajo supuestos delitos de ‘desacato”, “atentado” o impago de multas por la aparición de carteles antigubernamentales varios de ellos eran coordinadores de células de la organización, como Geordanis Muñoz Guerrero (Palma Soriano), Fernando Vázquez (Camagüey) y el mismo Cervantes, en Las Tunas.

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