Aeropuertos cubanos: una trampa para disidentes

Esa puertecita del control migratorio es como un río africano donde las «autoridades» son los cocodrilos y todos los demás somos las cebras. El pueblo no apoya a la disidencia, ni parece interesado en buscar la democracia, así que en lo que a mí respecta, de ninguna manera voy a arriesgar mi derecho a viajar por un pueblo que no merece ningún sacrificio de mi parte. Durante la administración de Obama el régimen daba más libertad para que los disidentes u opositores salieran, pero con las restricciones de Trump, eso se acabó. Se acabaron los viajecitos al extranjero. Me llama la atención que Yusniel Pupo Carralero no sabe ni expresarse correctamente en español, denotando un bajo nivel cultural e iba a participar, de todas formas, en un taller de «práctica inclusiva» en Argentina. ¿Quién hace la selección de los candidatos? Creo que sería mejor que los extranjeros que imparten esos cursos entren a Cuba como turistas, sin anunciar sus intenciones, e impartan esos cursos en la isla. Para cuando los descubran ya podrían haber terminado.

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